El criterio para decidir si tu práctica masturbatoria roza la adicción no puede ser la percepción de tu pareja, pues si ésta persona considera que la masturbación está mal en sí, cualquier acto masturbatorio será considerado “enfermizo”. En tal sentido, vamos a utilizar otro punto de vista: el psicólogico-sexológico.
La masturbación es el acto de auto-erotización, auto-reconocimiento y ensayo erótico, completamente placentero e íntimo. Durante el acto, se conectan el deseo, las sensaciones eróticas y la acción mecánica para darse placer.
No hay forma de cuantificar cuándo una frecuencia masturbatoria es sana. A veces, mantener una masturbación alta se puede asociar con la adolescencia, pues es la etapa de mayor vitalidad fisiológica, y esto genera la sensación de que no está bien pues ya es adulto. Sin embargo, definir “alta” no resulta simple. Para una persona con mucho deseo sexual, puede ser alto masturbarse varias veces al día y para una persona con menos deseo, puede ser alto masturbarse una vez a la semana. Entonces, vamos a referirnos a “sano” como el uso de la técnica masturbatoria cada vez que el organismo lo pida y se sienta bien. Si usted es una persona que desea masturbarse 3 veces a la semana y que no le genera un cansancio fisiológico especial, vamos a asumir que eso es sano. Si usted se masturba más veces, y se cansa, entonces será excesivo. Además de analizar la respuesta del cuerpo ante la masturbación, hay que analizar las actividades que esa persona tiene que desempeñar diariamente ajenas al sexo: trabajo, familia, pareja, ocio, etc. Si la persona abandona esas otras áreas de su vida, por masturbarse, entonces estaríamos pensando en “no sano”.
Otra pregunta común en torno a la conducta masturbatoria es: ¿me hace daño masturbarme porque voy a durar menos en la penetración porque me acostumbro a buscar la eyaculación rápida? Esta es una creencia lamentablemente extendida. El problema no está en la masturbación en sí, sino en la forma en cómo se masturba. Es decir, si es una masturbación centrada en “eyacularé rápido” entonces a lo mejor se esté entrenando para ser eyaculador precoz. Pero si se masturba pensando en “quiero disfrutar”, nada tiene que ver con una posible eyaculación precoz.
Tienes que saber que a mayor práctica sexual, en pareja o en solitario, mayor será tu energía y deseo sexual. Así que tampoco está asociado con las dificultades de erección. Muy por el contrario, favorece las erecciones y la intensidad de las mismas.
Muchas personas utilizan la pornografía para acompañar el proceso masturbatorio. El gran problema con la pornografía surge por malinterpretar su función. Esta fuente de información gráfico-erótica de carácter profundamente explícita, debe ser tomada como un medio para conseguir la excitación y no como el único medio disponible. Podríamos decir que existe un problema en la forma en que te relacionas con la pornografía, si sientes que requieres siempre de ella para conseguir la excitación, sin importar que tu pareja esté intentando excitarte.
¿Es mala la pornografía? Siempre que se sepa manejar sin excesos, no lo es. También es importante conocer la realidad de la mayoría de los videos pornográficos: ¡son falsos! Las medidas de los genitales no pertenecen al promedio real, los tiempos de duración no suelen ser ciertos, los gestos de placer por lo general se exageran, los personajes no están tan excitados como lo demuestran en los videos, las tramas muchas veces rozan lo absurdo, los cuerpos ejercitados y perfeccionados no son comunes. Si estos elementos están concientizados, no hay nada de malo en utilizar la pornografía de vez en cuando para incrementar los niveles de excitación.
La pornografía tiene adicionalmente una ventaja muy interesante para la pareja, pues pueden investigar sobre nuevos acercamientos eróticos, dado que es frecuente que existan muchas opciones dentro de la sexualidad que se muestran en la pornografía y que ustedes no han llevado a cabo. Lo importante es que ambos miembros de la pareja desean realizar esa actividad y que ninguno sienta que lo hace “por el otro”. Hay infinidad de opciones, por lo que sólo deben encontrar los puntos en común.
A mis pacientes les recomiendo que hablen abiertamente de esto, y adicionalmente, les hago entrega de un test sexual para hacer que la comunicación de los intereses sexuales no sea incómoda para la pareja. Si ves pornografía a escondidas de tu pareja y nunca has podido conversarlo (por temor o vergüenza), probablemente tu pareja se sienta desplazad@ por este material erótico, en lugar de entender que es un medio para obtener más excitación y que puede ser beneficioso para la pareja: encuentros eróticos más candentes.
Si requieres orientación adicional en este aspecto o si consideras que podría tratarse de una adicción, no dudes en contactarnos para acordar una cita.